La palabra es una mentirosa.
Le dijo John a Monk:
-Tío, estaba pensando en la
música
Ay, tío -le interrumpió
Monk-, qué gilipollas eres. No tienes por qué pensar, tú toca.
No es
sencillo comenzar a escribir un artículo sobre música en el que su
principal objetivo es convencer al lector de que es imposible
escribir sobre ella. De que es intraducible a cualquier otro
lenguaje . A partir del capítulo seis de Errata el examen
de una vida de George Steiner
he escrito lo siguiente.
Steiner hace tres
preguntas y una cuarta accesoria, intentemos entenderlas:
¿De que trata
la música?
La música ocurre
en cada instante sin el uso de palabras, por lo tanto no podemos
narrar ninguna argumentación narrativa. Por lo tanto cuando los
críticos o simples aficionados escribimos o hablamos de música,
usamos sustitutivos y verborreas que es imposible se puedan acercar a
lo que la música es. La base del comentarista musical es la
especulación. Steiner nos recuerda que el lenguaje es infinito pero
no ilimitado. Es decir, a pesar de la cantidad de posibilidades que
el lenguaje nos permite, existen huecos a los que nunca podrá
aproximarse. La música no se comporta como el resto de las artes. No
podemos usar los mismos términos ya que la música no trata de nada
conceptualmente comprensible. Siempre, en todo momento, aquello que
se diga sobre ella será una interpretación limitada, un
acercamiento extremadamente subjetivo, si eso es posible, al hecho
musical.
La serie de la HBO
Treme creada por David Simon se situa en New Orleans seis meses
después del Katrina. Es un buen ejemplo de como utilizar la música
en una obra artística y es hacerla actuar como un personaje más.
La música es protagonista a lo largo de cada capítulo, pero casi
no se habla de ella. Es básico entender que la música sucede, que
su uso forma parte indivisible de un contexto social. Al final es un
matiz más sin nada que contar, solo ocurre, porque así es , sería
inútil intentar filosofar sobre ella, a pesar de su gran presencia,
y de la influencia que tiene en el espectador.
Alguien podría
reprochar a esta idea que en la música también existe la letra y yo
le respondería que las palabras serán un complemento secundario a
la trascendencia de la música en sí. La voz es un instrumento más,
de una enorme belleza, pero el uso de palabras es prescindible para
el resultado general.
¿Qué
significa?
Esta
pregunta es la más complicada de responder. Al plantearnos la
pregunta estamos condicionando la música a una finalidad que no
tiene. La música es. Schopenhauer entendía que la música era la
representación de la voluntad misma. Cuando
hablamos de significación debemos de estar atentos. Steiner no nos
deja olvidar, que en la música, al contrario del resto de las otras
artes, “la forma es contenido y contenido es forma”. La
comparación con las matemáticas persigue a la música desde
Pitágoras, y no siendo descabellada la relación, de hecho es
análoga en la mayoría de sus aspectos y de la teoría creada a su
alrededor, en ellas siempre existe una verdad final, una conclusión,
por muy abstracta que sea. La música no tiene moral. Está más allá
del bien y del mal, de lo verdadero o lo falso y ésta sería su gran
diferencia. Schopenhauer decía que el músico filosofaba sin
saberlo. Yo no estoy de acuerdo en esta afirmación, la música no
está unida a la capacidad intelectual del ejecutante. Al menos no se
relaciona con aquello que podemos entender por un intelectual.
Conozco a muchos músicos en los que su capacidad intelectual es
baja, incluso que su inteligencia está por debajo de lo normal, eso
no es impedimento para ser un genio de la música. La razón no nos
da el don de la musicalidad.
El análisis de la
música, el acercamiento a ella está más cerca del misticismo, de
la trascendencia de lo humano, que el estudio racional de una obra de
arte.
¿A qué se
parece?
George
Steiner nos habla de que siempre que críticos, poetas o amantes de
la música hablan de ella es verborrea. Recurrir a la metáfora, al
simil, intentando conseguir una semejanza o relación análoga es tan
vaga que en ningún momento se podrá considerar correcta.
Entre los escritores que se han relacionado con la música uno de los
que más destaca es Julio Cortazar. Él escribió uno de los mejores
relatos sobre jazz y música que yo he leído nunca. El relato El
Perseguidor
basado
en
la figura de Charlie Parker. En un determinado momento nos describe
un solo de Johnny Carter con una comparación que era “como un
cuchillo cortando el pan”. ¿Qué quiere decir? No quiere decir, no
tiene sentido. Es imposible que se pueda acercar al solo, bajo ningún
concepto puedo saber como suena, qué es lo que describe.
Lingüisticamente (literariamente)
atractiva pero insuficiente para su objetivo.
José María Guelbenzu realizó una conferencia en la Fundación
Ausias March de Madrid con el título “Yo podría escribir ese
piano”. Con está frase parafraseaba una dicha por Isadora Duncan
“Yo podría bailar ese sillón”. La conferencia versaba sobre
música y literatura, y se imaginaba que ese escribir el piano lo
hubiese dicho Julio Cortázar. A pesar de mi admiración por ambas
figuras, mi conclusión es que sería una aspiración inalcanzable.
Conozco a muchos escritores frustrados por la música que han
terminado siendo grandes escritores, Felisberto Hernandez por
ejemplo, pero no he conocido a ningún músico frustrado por no
haber podido ser escritor. No debemos olvidar que a Orfeo lo
condenaron a ser poeta arrebatándole el don de la música.
¿Puede
mentir la música?
La
música es arte.
(Escrito
el 15 de marzo del año 2012 para una revista mexicana que nunca
llegó a existir.
Julio Cortázar leyendo El perseguidor
Julio Cortázar leyendo El perseguidor
http://lamusicaenunacaja.blogspot.com.es/
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