Invasión II

Ella le mostró que él era alguien especial, y él, sin dudarlo sintió que era alguien especial. Y un día más tarde ella le dijo que le quería y que su hijo tenía 3 años y su nombre era Jordi; tranquilamente él le dio un beso y le repitió que la quería, y entendió que se querían. Unos días más tarde ella lo llamó y le dijo que se podrían ver en el hotel de Travessera que ya estaba reservada la habitación, que cuando llegase pidiese la llave de la habitación 565 y la esperase. Él llegó un poco antes y pidió la llave de la habitación 565 y se puso a leer mientras la esperaba. Ella se retrasó unos veinte minutos y le explicó que su marido estaba muy nervioso y que temía que sospechase aquellas citas. Él sin dudarlo entendió que su marido estaba nervioso y que sospechaba las mañanas de su mujer. Ella abrió los ojos muy nerviosa y salto desnuda de la cama diciendo que perdería el tren para regresar a Sitges, que le había dicho a su marido que estaría a la hora de cenar en casa de sus padres, y sin el vestido aun puesto se sentó en la cama, lloró y dijo: “No puedo más, bésame ahora solamente”. Él pensó que ella le estaba diciendo que tenía que irse, que estaba nerviosa y que la besara ahora. Ya solo, cerró los ojos y soñó que leía. Al abrir los ojos recordó que soñó que leía y le decían: “Vivimos en un mundo / donde al amor no necesita apenas/ sentirse desgraciado para serlo.”

Comentarios

María Ruiz de Apodaca ha dicho que…
Bravo por ese impecable estilo, porque de la historia no hay nada que comentar, se deja sentir ella sola.

Deberias escribir mas aun de lo que sueles hacer. Por cierto, DE quien es la cita del final?
Besos, guapo
Anónimo ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo ha dicho que…
Tiempo Tiempo.

Mediodía estancado entre relentes.
Bomba aburrida del cuartel achica
tiempo tiempo tiempo tiempo.

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