Bajo leve tutela
de dioses negligentes,
quiero gastar las concedidas horas
de esta predestinada vida.

Nada pudiendo contra
el ser que me hicieron,
deseo al menos que me haya el Hado
dado la paz por destino.

De la verdad no quiero
más que la vida; que los dioses
dan vida y no verdad, acaso ni ellos
conozcan la verdad.

Ricardo Reis.

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