prosa I

Siempre escribo la hora en la que comienzo a escribir. La hora me permite singularizar las ideas o sentimientos y cuando es el momento en el que se escriben. Aunque es falso porque no se piensan en el momento que se escriben. Habitualmente pienso más claramente por la noche y cuando me siento a escribirlo las modifico o las suavizo. Esta noche iniciaré un relato de amor, dirigido a una persona en exclusiva. Pero será falso, o al menos en parte. Comenzaré desde la segunda página o desde el segundo párrafo y el primero estará aquí escrito. Eso es mentira. En un principio es mentira. Pero, ahora, escribo los primeros caracteres que pueden ser estos que estoy escribiendo. Yo escribo, tú escribes, él escribe. Nadie tiene nada que decir, las palabras están escritas. Voy desapareciendo entre las cosas que escribo. O entre los momentos que vivo. O entre las cosas que ocurren. O entre lo que no vivo. Si cada segundo es un momento pasado, perdido o convertido en tradición. Es importante tener la sensación o el valor de creer que se tiene algo que decir porque así el segundo siguiente, o el instante siguiente se convierte en una posibilidad. Da igual qué haya ocurrido en los instantes pasados, la hora anterior se iguala al recuerdo de hace años o hace meses. Y el próximo beso siempre será inédito.

Comentarios

Sr. Curri ha dicho que…
Almeriense y rencoroso, me he acordado que una vez me dijiste... Y he buscado hasta encontrar este párrafo tuyo en un comentario a una entrada de mi blog -de tema semejante- del día 19 de febrero de 2007:

"se ha mitificado suficiente el hecho del escritor, con diez libros publicados es romántico, en nuestra posición es excusa... es como cuando te deja una chica, hay un tiempo en el que puedes ser un pesado con el tema pero después de ahí te lo tienes que tragar tu solito. El tiempo de la página en blanco ya es para el porro antes de dormir solito"

Jeje, yo no digo na, ya lo dices tú.
Por lo demás, bien; escribes bien, cada vez mejor.

Un abrazo.
Sr.C
mnk ha dicho que…
Dice el amigo Pitol que... “Escribes la vida y la vida parece una vida ya vivida. Y cuanto más te acercas a las cosas para escribirlas mejor, para traducirlas mejor a tu propia lengua, para entenderlas mejor, cuanto más te acercas a las cosas, parece que te alejas más de las cosas, más se te escapan las cosas”.
(Me lo descubriste tú, al amigo Pitol... )
Anónimo ha dicho que…
Una vez me ilustraste algo parecido de Calvino. (Te estás convirtiendo en un gran ilustrador, por lo que veo).

El único caso aquí es que te echo de menos sin palabras y con palabras, y que sin palabras se hace angustioso. Sobretodo porque es a mi a quien le corresponde poner palabras a esta distancia.

'Una palabra tuya bastará para sanarme'. Perdón amigo. Falta poco.

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